¿Te he contado que mis hijos ya se han “independizado”? …. (y lo pongo entre comillas porque creo que eso no ocurre nunca del todo….)
Pues sí, cada uno vive su vida lejos de mí…pero durante las vacaciones de Navidad, vuelan al nido, y yo tengo la oportunidad de achucharles (lo que se dejan) hasta que se vuelven a ir después de Reyes
A lo mejor los tuyos todavía viven contigo, y estos días sin cole y sin curro te están regalando una mayor intensidad relacional, y ya sabemos que “el roce hace el cariño” pero también algunas yagas en la piel emocional.
Cada vez que comparto intensamente con mis hijos me descoloco. Sigo sintiendo que todo lo malo que les pasa es por mi culpa y todo lo bueno es gracias a mí…(delirios de referencia, que dirían los psicólogos)
Culpa, que gran palabra que se nos engancha en el cuello a las madres, y que, si no te lo trabajas, te atrapa hasta que te vas de este plano (que es el único momento en el que las madres dejamos de ser madres)
Yo, estas navidades he decidido cambiar la culpa por “responsabilidad”. Hacerme responsable de lo que puedo hacer por ellos AHORA, no de lo que no hice antes, sabiendo que, a veces, no hay nada que puedas hacer, más que ACOMPAÑAR.
Cuando tus hijos van creciendo, te toca ir ir soltando el control gradualmente, y colocarte en un rol diferente. Es un momento de transición importantísimo, porque ellos también están haciendo grandes cambios neurológicos y de todo tipo.
Te voy a ir contando como lo he ido gestionando yo, que eso no quiere decir que lo haya hecho bien. También te contaré mis errores.