Desde que era pequeñita, mis padres decían de mi que, a veces, me “endemoniaba”
Ellos no sabían ni cuándo, ni cómo, ni por qué, pero de repente, esa niña rubita y graciosa se convertía en un demonio capaz de las peores fechorías.
Esto me ha pasado siempre, y me sigue pasando. He llegado a pensar que tenía trastorno bipolar, que había presencias externas que me visitaban por la noche (tipo la película un monstruo viene a verme) o que un alien dentro de mi cabeza crecía sin saber por qué hasta que invadía todo mi intelecto, y después se comía mi corazón.
Con el tiempo, y practicando mindfulness, me he dado cuenta de que mi peor enemigo está en mi cabeza, y que todos tenemos ese lado oscuro de la fuerza. Llámalo rabia, tristeza, angustia, miedo, o incluso esa alegría que se desboca tanto a veces, que te lleva a correr sin bragas entre la multitud (de momento, eso sólo lo he hecho en sueños).
Es ese Darth Vader del que no puedes librarte, porque tu respiración va siempre contigo. Es como el desodorante que no te abandona.
A veces no te das cuenta de que ese lado oscuro te invade, porque lo hace poco a poco. Otras lo ves venir. Y la mayoría se manifiesta abiertamente en un grito, o algo peor, o te deja metida en la cama durante días (ójala pudieras, verdad?..si no tuvieras que ir a trabajar…..)
Y lo peor de todo es que ese Darth Vader no sólo blande la espada hacia fuera para matar a todos los malos, sino que, la mayoría de las veces la saca para hacerse el harakiri.
No sólo sufres, sino que te criticas por sufrir.
Te gustaría extirpar ese mal que te invade a veces, arrancarlo a puñados, extirparlo quirurjicamente, da igual.
La cuestión es que quieres darle un puñetazo al espejo porque sientes que tu peor enemiga eres tú misma.
Quieres que no se note tu rabia, pero está ahí, carcomiéndote. No quieres sentir tu tristeza, ni tu miedo, así que te atiborras de pastillas, o te tomas esa copita de vino que acaba siendo la botella entera.
Yo te digo algo: cuándo antes aceptes tu lado oscuro y aprendas a abrazarlo, mejor. Igual que abrazas a un hijo o un animalito cuando está enfermo y sufre.
Esa niña endemoniada va a estar siempre ahí dormida, Ese monstruo puede venir a verte en cualquier momento. Ese lado oscuro está ahí, y está por algo y para algo, no lo rechazes. Ábrele la puerta a ver qué tiene que decir. ¿Qué te cuenta tu tristeza de ti? ¿De qué te está defendiendo tu rabia?
¿Puedes ser más autocompasiva contigo? Seguro que sí.
Si lo logras, serás mas resiliente.
Si lo logras, ya nunca más te sentirás sola, porque pasarás de ser tu peor enemiga, a tu mejor amiga.
!Que la fuerza te acompañe¡