Por todos lados escucho madres preguntando sobre aplicaciones para controlar el uso que sus hij@s hacen del móvil.
Claro, es una preocupación muy razonable, porque parece que estos aparatitos fueran pequeños ovnis que les abducen, y que ellos viven más dentro del móvil que fuera.
Yo tengo clarísimo que, desde que se inventaron las pantallitas (ya sea la tele, las videoconsolas o el móvil) los seres humanos ya no sabemos qué es real y qué no lo es.
Acabo de ver una película que contaba las aventuras de fin de semana de unos adolescentes de los años 80, dos días en bici y caminando solos por los montes de Galicia sin móvil…cuidándose unos de otros y buscándose la vida. Y yo me planteaba….cuántos adolescentes de hoy en día (que no participen en los Scouts) serían capaces de volver a casa sanos y salvos?
Pero las tecnologías (mal utilizadas) no sólo nos roban habilidades para la vida real, sino que también nos roban nuestra paz. ¿Porque? Porque son igual de adictivas que las drogas, de hecho, generan las mismas substancias en tu cerebro. Cada vez que alguien pincha en “me gusta” en una de tus publicaciones, se genera dopamina en tu organismo, y cada vez que alguien critica tu publicación, se genera adrenalina y cortisol. ¿Te das cuenta de lo peligroso que es eso?
Claro, es una preocupación muy razonable, porque parece que estos aparatitos fueran pequeños ovnis que les abducen, y que ellos viven más dentro del móvil que fuera.
Yo tengo clarísimo que, desde que se inventaron las pantallitas (ya sea la tele, las videoconsolas o el móvil) los seres humanos ya no sabemos qué es real y qué no lo es.
Acabo de ver una película que contaba las aventuras de fin de semana de unos adolescentes de los años 80, dos días en bici y caminando solos por los montes de Galicia sin móvil…cuidándose unos de otros y buscándose la vida. Y yo me planteaba….cuántos adolescentes de hoy en día (que no participen en los Scouts) serían capaces de volver a casa sanos y salvos?
Pero las tecnologías (mal utilizadas) no sólo nos roban habilidades para la vida real, sino que también nos roban nuestra paz. ¿Porque? Porque son igual de adictivas que las drogas, de hecho, generan las mismas substancias en tu cerebro. Cada vez que alguien pincha en “me gusta” en una de tus publicaciones, se genera dopamina en tu organismo, y cada vez que alguien critica tu publicación, se genera adrenalina y cortisol. ¿Te das cuenta de lo peligroso que es eso?
Y ahora ya estoy hablando de ti, no de tus hijos.
Porque TU EJEMPLO ES LO MÁS IMPORTANTE a la hora de regular el uso que hacen tus hijos del móvil. No hay nada que me dé más tristeza que ver en el metro o en un restaurante a un niño aburrido mientras su padre o su madre mira el móvil. ¿Cuántas conversaciones perdidas? ¿Cuántas ocasiones para jugar, para comentar sobre lo que está pasando en el vagón de tren o en el restaurante, para hablar de la comida que hemos pedido, lo que nos gusta o no….te has dado cuenta de que en el transporte público ya nadie mira por la ventana o simplemente deja la mirada perdida en sus pensamientos?
Y por último, para no aburrirte mucho sobre este tema, del que podría estar hablando horas, te pregunto: quieres estar toda la vida controlando a tus hijos o quieres enseñarles autorregulación? Las sanciones externas para el uso de los móviles no sirven de nada si ellos no entienden por qué es importante. Está muy bien poner un límite de tiempo para uso del móvil, porque si no, como con todo lo adictivo, estaríamos todo el día mirando la pantalla y nos perderíamos la vida real. Pero intenta que sea de mútuo acuerdo. Mira a ver cómo te afecta a ti estar enganchado al móvil, y cuéntaselo a tu hij@, para ver si el/ella identifica también las consecuencias en su emoción y en la gestión de su tiempo, y tratad de seguir el acuerdo l@s dos…siempre es más agradable coger nuevos hábitos cuando alguien lo hace contigo.
Resumiendo:
- Asume que las pantallitas son tan adictivas como cualquier droga
- Invítales a que pongan atención para distinguir la vida real de la ficción
- Trata de que no les resten tiempo para desarrollar las habilidades para la vida adulta
- Consigue un acuerdo CONSENSUADO y RAZONADO para el uso de las pantallas
- Y sobre todo…SÉ TÚ EL EJEMPLO
