¿Cómo va tu salud?
Ayer me llamó una amiga y me contó que estaba de baja en el trabajo, y que por fin iba a poder apuntarse a mis clases de Biodanza
Yo me alegré por su baja, sinceramente, porque su cuerpo (y su subconsciente) habían hecho lo que ella misma no era capaz: PARAR Y PONERSE EN PRIMER LUGAR
Yo me acuerdo todavía de cómo me sentía hace unos años, cuando no me quería demasiado. Me dolían los pies porque llevaba los zapatos que estaban de moda en lugar de los que mi pie necesitaba; uno de cada dos días me tenía que tomar un paracetamol porque me dolía la cabeza o la espalda y me cogía todos los catarros del mundo. Y no digamos de mi estado de humor: estaba a la que salta con todo el mundo y con ganas de llorar a menudo.
Hasta el día en que acabé ingresada en el hospital durante un mes con problemas varios que ponían en riesgo mi vida.
Y ahí fue cuando decidí cuidarme más.
Es verdad que mis hijos ya son independientes y tengo mucho más tiempo para mí ahora, aunque si te soy sincera, sigo sin tener tiempo para todo lo que quiero hacer. Pero ahora es diferente. Me gusta mi trabajo, vivo en un sitio que sienta bien y me he quitado de encima relaciones tóxicas que me restaban energía. He aprendido a darle a mi cuerpo el alimento que necesita, duermo 8 horas, tomo el sol y sólo me fumo un cigarro de vez en cuando, para no olvidarme de que tengo el derecho de tener algún vicio.
Así que te doy un consejo:
Si eres madre, NO ESPERES AL NIDO VACÍO PARA CUIDARTE, puede que para entonces ya sea demasiado tarde