Tú también necesitas una tribu

Ayer estuve en un concierto de Navidad y me pasó algo muy extraño y bonito a la vez.

Acunada por la música, miraba las caras de los hombres y mujeres que cantaban y me emocioné.

Pensé en que, detrás de cada expresión facial había una historia, hecha de alegría y sufrimiento.

En un momento dado, dejé de fijarme sólo en el color de su pelo y si le sentaba bien o no la ropa que llevaba, y comencé a darme cuenta de la emoción que transmitían y si estaban disfrutando, la complicidad entre ellos, el amor que sentían por lo que estaban haciendo.

Sentí la humanidad compartida y la compasión.

Con esta experiencia quiero aprovechar para desearte una Feliz Navidad.

Yo estoy dando a estas fechas un nuevo significado; este año no me voy a enfurruñar por el negocio consumista que aprovecha para hacer su agosto. Tampoco voy a plantearme si el cumpleaños que celebramos está fuera de la fecha histórica.

Este año voy a celebrar SU nacimiento con la mística y el agradecimiento que siento hacia este niño que cambió la vida del planeta.

Sé que la religión ha sido y es la excusa de mucha masacre, lo sé. Sé que se ha utilizado para manipular a los pobres mortales. Ha sido luz y tiniebla a la vez, reflejando fielmente esa dualidad del ser humano.

Hoy quiero mirar y agradezcer a todas y cada una de las experiencias vitales que me han llevado a ser quien soy; a todas las personas que me han arropado, contenido, desafiado, que me han muerto y me han resucitado; a todas las tribus que me han acompañado en mi caminar: mi familia, mis amigas, mis amantes…la escuela, la biodanza, el mindfulness, el grupo político que me permite militar esta parte mía activista que espero nunca desfallezca; a la universidad con su pompa y boato, y ASIRI, que pretende lo mismo pero con los pies descalzos, y busca un sistema educativo que devuelva la sonrisa a los niños. 

Espero que este año que está a punto de caramelo también tú encuentres tu tribu, esa comunidad que te arropa, te acompaña y te ayuda a crecer.

Deseo que encuentres tu centro, y estés más en el ser que en hacer. 

Que vayas abrazando lo que eres y recuerdes quién eres.

Que sepas elegir con atención quién te va a acompañar en el siguiente paso del camino.

Feliz nacimiento de Cristo en tu corazón y en el de todos los que te rodean.

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